Cultura y Educación
La educación artística y cultural pretende acercar los mundos de la cultura y la educación.
A menudo, son dos ámbitos separados. La escuela se dedica al aprendizaje y los lugares culturales ofrecen experiencias sensitivas.
El vínculo entre educación y artes permite mejorar el clima escolar, promover la integración, el diálogo intercultural, la conciliación de las diferencias y aumentar las capacidades de aprendizaje de los jóvenes. El arte y la cultura pueden considerarse como incentivos para la emancipación, la creatividad, la realización personal y la habilidad social de los públicos. La educación es factor de igualdad en la medida en que, a partir de la infancia, permite adquirir una base común de conocimientos y competencias.
1. Público
El público (a menudo joven) debe situarse en el corazón del ecosistema de aprendizaje. La finalidad es poner de relieve el placer de aprender, de descubrir, de despertar la curiosidad, la creatividad y el gusto por la iniciativa, con el fin de poder emanciparse individualmente, realizarse y encontrar una forma de habilidad social que permita integrarse donde se desee, facilitando la reproducción y el determinismo social. Se tratará también de determinar los públicos que, a menudo, se quedan al margen de las actividades culturales.
1.1 Emancipación
La educación aspira a la emancipación. Educarse es, para un individuo, ser capaz de leer los signos del mundo que le rodea para inscribir los que expresarán su singularidad (cf. Derechos Culturales).
1.2 Creatividad
La educación debe velar por desarrollar la creatividad, tanto práctica como intelectual, creando un círculo virtuoso de aprendizaje: Gusto por la iniciativa => Creatividad => Curiosidad => Aprender => Crecer => Descubrir.
1.3 Crecimiento personal
Emancipación y creatividad permiten conocer mejor sus aspiraciones y deseos, además de considerar los medios para realizarlos, con el fin de afirmar su identidad en el mundo.
1.4 Habilidad social
Los públicos adquieren las herramientas (saber, saber hacer, saber estar, confianza en sí mismo) necesarias para una mayor integración y movilidad social, que permiten así luchar contra el determinismo social en un sistema que tiende a reproducir las desigualdades.
1.5 Capacidades
La capacidad de un individuo define sus aptitudes para realizar algo mediante un cierto saber hacer, es decir la aplicación de medios técnicos que permiten alcanzar un fin deseado.
Ese saber hacer o esos medios técnicos, aunque primero son en cada individuo disposiciones naturales, pueden adquirirse y desarrollarse a través de los operadores, gracias a la cultura y la educación.
Así, cada individuo tendrá la posibilidad de poner en marcha competencias adquiridas realizando una actividad.
2. Operadores
Los operadores son las partes interesadas del proyecto: educadores, mediadores, animadores, bibliotecarios, docentes, artistas, familias, para una educación artística y cultural. Esta debe poder abarcar todos los tiempos de la infancia y la juventud (escolar y extraescolar). De hecho, todos los operadores son eslabones esenciales de este aprendizaje.
2.1 Ecosistema de aprendizaje
Crear una nueva dinámica de inteligencia colectiva. El cruce de saberes y experiencias sensibles crea entonces desarrollo personal y colectivo. A través del intercambio de buenas prácticas, la comunicación y la información, el conjunto de participantes coopera, adopta un lenguaje común para hacer emerger una referencia común, en otras palabras un ecosistema de aprendizaje.
2.2 Cooperación
Cooperar, del latín co-operare, significa «trabajar juntos» y, más concretamente, trabajar juntos con una finalidad común para crear, producir algo nuevo.
La cooperación es, al mismo tiempo, el medio y el fin, puesto que se tratará de organizar una base común de lenguaje, de prácticas específicas de una educación artística y cultural que se extenderá y solidificará organizando encuentros y favoreciendo la circularidad de las prácticas y los saberes en espacios a menudo distinguidos: museos, teatros o centros culturales, por un lado, y lugares públicos, asociativos o escuelas, por otro lado.
Al igual que los ejemplos que es posible consultar siguiendo este enlace, se pondrán en marcha talleres participativos para construir un proyecto en torno a operadores, partes integrantes del proyecto: docentes, artistas, educadores y familias, para afrontar los desafíos sociales, políticos y culturales actuales.
Se tratará de cruzar las experiencias, adoptar una postura de escucha, confianza y empatía, con el fin de producir una «poética relacional»: Edouard Glissant, Poétique de la relation (Poética de la relación), París, Gallimard, 1990.
2.2.1 Formación Cross-Learning
Estrategia de aprendizaje cuya finalidad es que se obtengan nuevos conocimientos y competencias, gracias a la interdisciplinariedad. Mediante el cruce de saberes y experiencias, se tratará de crear una nueva dinámica de inteligencia colectiva.
2.2.1.1 MOOC
Massive Open Online Course. Se trata de clases y de módulos de aprendizaje en línea disponibles en forma de videos o de documentos escritos, relativos a los métodos y herramientas educativas desarrollados en el marco de las acciones culturales.
2.2.2 Experimentación
Experimentar el placer de aprender, de descubrir, de crear.
Vivir experiencias comunes, intercambiar sus propias experiencias.
La experimentación consiste en aprender haciendo (learning by doing) : experimentar, encontrar obstáculos, aprender de sus errores, compartir sus experiencias para desarrollar nuevos modos de acciones.
Formación dinámica mediante la experimentación, donde todos los actores implicados se forman mutuamente, con el fin de reforzar la inclusión social por el bienestar de todos.
2.2.3 Comunicación
Los que poseen saber y saber hacer, conocimientos teóricos y experiencias prácticas, forman a partir de sus competencias a los operadores, es decir las personas cuya mediación no es la función inicial para que sean capaces de poner en marcha proyectos, proponerlos a los públicos y mediatizarlos. La puesta en diálogo de las experiencias innovadoras en los ámbitos de la educación y la cultura permite mejorar las competencias de los actores institucionales y de los agentes educativos y culturales.
2.3 Mediación cultural
Mediante un conjunto de acciones, la mediación cultural pretende establecer un nexo entre un público y una obra o una propuesta cultural. En el marco del proyecto Mind The Gap, sus finalidades son la creatividad, el crecimiento personal y la habilidad social del público. Más generalmente, pretende, por un lado, poner en marcha una democratización de la cultura que consiste en hacer que la cultura sea accesible para todos y, por otro lado, una democracia de las culturas que consiste en valorizar y poner de relieve las expresiones culturales de las poblaciones.
2.3.1 Mediamix
Inspirado del concepto de Museomix, el desafío consiste en invitar al público a apropiarse un museo para reinventar su mediación, conocer mejor a sus equipos y trabajar en armonía con los demás oficios.
El concepto de Mediamix puede considerarse como una herramienta de inteligencia colectiva, un espacio de reflexión e intercambio destinado a pensar y experimentar prácticas innovadoras de mediación cultural.
2.3.2 Acciones culturales
Las intervenciones culturales pueden consistir en numerosas acciones, como por ejemplo: la creación de herramientas digitales colaborativas, la formación de expertos y de operadores, la puesta en marcha de talleres de prácticas artísticas, recorridos artísticos y culturales, becas de movilidad transfronterizas, la práctica y la enseñanza colectivas, la creación de residencias de acciones culturales, la puesta en marcha de talleres de prácticas artísticas extraescolares, la formación continua en educación y cultura, acciones orientadas hacia los barrios, la creación de un laboratorio de la mediación, la organización de coloquios, intervenciones artísticas en medio escolar y fuera de las aulas, la creación de un observatorio social y cultural de territorio.
2.3.3 Evaluación de las acciones culturales
Las acciones culturales pueden evaluarse según diferentes criterios: el índice de participación del público, de los artistas y socios; la selección (adopción de una acción); la durabilidad (inscripción en el desarrollo sostenible); la reproducibilidad (reproducción de la acción).
2.3.4 Derechos Culturales
La noción de «Derechos Culturales» definida por la Declaración de Friburgo en 2007, está en el centro del proyecto Mind The Gap. Los Derechos Culturales proponen una definición de la cultura que pone a la persona en el centro y hacen de la diversidad cultural el motor que lleva a la finalidad última de los derechos humanos: la dignidad de la persona. Efectivamente, la cultura designa aquí los valores, las creencias, las convicciones, las lenguas, los saberes y las artes, las tradiciones y modos de vida mediante los que una persona expresa su humanidad, existe y se desarrolla. Así, los derechos naturales tienen como objetivo garantizar a cada uno la libertad de vivir su identidad cultural; «identidad cultural mediante la que una persona se define, se constituye, comunica y entiende ser reconocida en su dignidad».
Esta identidad cultural implica, a su vez, la autonomía de consciencia (la capacidad para una persona de determinarse ella misma) y el acceso a recursos culturales. Esta doble exigencia constituye el desafío del proyecto Mind The Gap: ofrecer a cada individuo la capacidad de interpretar y hacer suyas referencias culturales, mediante las que se definirá y se identificará en un mundo común. Cuanto más rico sea el individuo culturalmente, más vasto será el mundo que habitará.
2.4 Diagnóstico EAC
La realización de un diagnóstico EAC (Educación Artística y Cultural) permite establecer un inventario de las necesidades y acciones realizadas a favor de la educación artística y cultural en un territorio determinado.
Una vez realizado el diagnóstico, los diferentes operadores, organizados en comité de coordinación y ayudándose de recursos como Mediamix y MOOC, conciben una acción cultural para llevar a cabo en los barrios y territorios.
3. Política
La tarea del político consiste en el acondicionamiento de un espacio común, en el que las desigualdades de hecho se rectifican mediante la igualdad de derechos, ofreciendo pues al mismo tiempo a cada uno los medios necesarios para su crecimiento personal. El arte, la cultura y la educación son esos medios.
3.1 Arte
El arte es una actividad que consiste, esencialmente, en producir obras. Como apunta Hannah Arendt en La condición humana, esas obras duran en el tiempo y, gracias a su durabilidad, ofrecen al hábitat humano un carácter de estabilidad cuando, por los efectos corrosivos del tiempo y la naturaleza, todo se erosiona y desaparece. Son los signos de nuestra época y la estabilidad de nuestro mundo. Sin arte no tendríamos ni cultura ni mundo para vivir. El conocimiento de las artes nos permite, por un lado, conocer nuestra procedencia común y, por otro lado, abrir posibilidades para un futuro común.
3.2 Cultura
La cultura designa «lo que es común a un grupo de individuos», que les confiere unidad e identidad. Es, además, lo que se aprende, se transmite, se produce y se inventa.
La declaración de la UNESCO de México sobre las políticas culturales define la cultura como «el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social. Engloba, además de las artes, las letras y las ciencias, los modos de vida, las leyes, los sistemas de valores, las tradiciones, las creencias». Conferencia mundial sobre las políticas culturales, Ciudad de México, 1982. El conjunto de esos rasgos distintivos constituyen la topografía de los territorios. Ahora bien, el mundo actual ofrece un mosaico de culturas o de territorios que habrá que hacer converger hacia un proyecto cultural común, conforme a la Declaración de Friburgo sobre los derechos culturales, 2007.
3.3 Educación
La educación nos permite alcanzar la mayoría de edad. La mayoría de edad no es una cuestión legal y social. Permitir a los individuos alcanzar la mayoría de edad por la educación es hacerlos autónomos en la capacidad de saber orientarse en el mundo y en el pensamiento, de saber leer los signos y ser capaz de producir los suyos, en resumen es para un individuo situarse y orientarse él mismo en el territorios.
«Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi conciencia, un médico que dictamina acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no necesitaré esforzarme. Si sólo puedo pagar, no tengo necesidad de pensar: otro asumirá por mí tan fastidiosa tarea». Kant, Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la ilustración?
Finalmente, no es en los manuales donde se aprende a nadar sino tirándose al agua; rasguñándose las rodillas se aprende a caminar de tal forma que la caída, el riesgo o incluso el fracaso deben concebirse como factor de aprendizaje y educación..
4. Territorio
Si el territorio define el espacio geográfico de un hogar, este es indisociable de un proceso de territorialización, es decir de un proceso de apropiación de un hogar mediante signos que expresen dicha apropiación al mismo tiempo que la realizan. Como apuntan Deleuze y Guattari en El Anti Edipo y más tarde en Mil Mesetas, se encuentra este proceso en todos los animales que no viven simplemente en un medio sino que determinan territorios.
En este sentido, nunca es algo que se da por hecho sino que siempre se está haciendo, siempre está en desarrollo o en construcción por la actividad de los individuos que la habitan. Asimismo, por la dimensión estética de los signos emitidos, esta actividad de territorialización es de orden artístico. Se trata de saber producir signos y de saber interpretarlos.
Si el medio hace referencia a las funciones comunes de una especie, el territorio compromete la singularidad de los miembros de la especie y reviste un carácter cultural que permite a cada miembro de una comunidad ser actor de la territorialización, con el fin de estar en casa en su territorio. El territorio es ese lugar que permite la conjugación de las expresiones singulares, conjugación de la que resulta un denominador común: el mundo el mundo en el que habitamos. El territorio implica pues una génesis simultánea y recíproca del arte y de vivir.
4.1 Cohesión territorial
La educación artística y cultural aumenta la participación social y ciudadana, facilita la integración y reduce las desigualdades de acceso a la cultura y a los servicios públicos y sociales. Permite, además, reducir la diferencia entre los niveles de desarrollo de las diversas regiones de un mismo territorio (zonas rurales, zonas de transición industrial, zonas difíciles de acceso debido a limitaciones geográficas), facilitando su inserción en una red territorial más amplia, que va de lo local a lo mundial.
4.2 Habitar
Para el hombre ser es habitar. Habitar designa el hecho de residir en algún sitio, de hacer suyo un alojamiento, un barrio, una ciudad. Pero «habitar» no depende sólo de la habitabilidad de un alojamiento o de la calidad arquitectónica de un edificio. Son, seguramente, condiciones favorables pero lo esencial está en otra parte. Esa otra parte consiste en vivir lo más cerca posible de sí mismo con y entre las cosas y los humanos». Thierry Paquot, Un Philosophe en ville (Un filósofo en la ciudad), inFolio, Segunda edición, 2016, p.212-213.
Habitamos un mundo que resulta en sí de un proceso de territorialización.
4.2.1 Desarrollo sostenible
La educación artística y cultural permite desarrollar las competencias de los operadores y de los públicos, posibilitando una inclusión más fuerte en el seno de los territorios. Permite, además, invertir en infraestructuras sociales y culturales de proximidad, que contribuyen al desarrollo nacional, regional y local, reduciendo a su vez las desigualdades territoriales en el acceso a los servicios sociales, culturales y recreativos.
4.3 Mundo
Antes de ser un espacio geográficamente situado y objetivamente cartografiado, el mundo es primero un conjunto de costumbres, usos y prácticas que son comunes a varios hombres. En este sentido, el mundo es, en primer lugar y ante todo, la expresión de una cultura. Es a lo que remite la expresión popular «no somos del mismo mundo», es decir que no compartimos los mismos valores, los mismos códigos, las mismas maneras de existir. El mundo resulta del proceso de territorialización.
4.3.1 De lo local a lo mundial
Para tener en cuenta la acepción de Miguel Torga, «Lo universal es lo local menos los muros», se tratará de inscribir la especificidad singular de un individuo, portador de los derechos universales humanos y culturales, en lo local, para extenderlo por todos los eslabones de la cadena territorial a lo nacional, a Europa y, por último, a lo mundial.
Es tan cierto que sólo se puede ser ciudadano del mundo siendo primero actor local, en plena posesión de sus derechos y libertades.